A todos nos gusta ver lo que queremos ver, pero nunca nos ponemos del lado de lo que en realidad sucede. Cada fin es un comienzo y cada comienzo es parte de algun fin.

Derrames de Tinta*

martes, 10 de noviembre de 2009

ubi sunt...

Sueña con encontrarlo, con por fin tenerlo frente a ella retenerlo que no escapara que simplemente se enamorara. Siempre lo veía como algo imposible de alcanzar, no podía dejar de mirar hacia el lugar donde lo vería supuestamente llegar, según ella hasta podía oler su dulce perfume de buen soñador. Pero ella no sabia que el no debía ser buscado, el mismo quería encontrar a la bella mujer que simplemente deseara tenerlo a el, sin querer las cosas a cambio. El vivía imaginando como ella lo miraría si la tuviera frente, ya sabia que todo eso no seria normal, con tan solo pensar se sentía en una nube con un nuevo rumbo a un mundo por conocer el mundo del amor verdadero. Ellos no se conocían pero sentían que aquel mundo cada vez estaba más lejos. A Eloísa le encantaba salir a caminar por la tarde, así podía fotografiar el instante que el sol se ponía a dormir y a Benjamín apreciaba esos instantes en el que el gran fuego se comenzaba a apagar, según el por un instante el mundo se detenía. Ambos eran admiradores del atardecer, cada uno a su manera pero lo eran.
Sabían que existían pero no sabia como eran ni donde estaba el otro Eloísa después de ponerse una manta blanca en su cabeza lo dejo de buscar, se acostumbro a estar sola ya no se hacia ilusiones de verlo y para que hablar de Benjamín, el ya no miraba a nadie a los ojos ya que nunca encontraba aquella mirada, seguía pisando la tierra y no flotaba en su supuesta nube.
El seguía haciendo lo mismo todos los días, salía a caminar para ver al sol escapar, un día el sol no se apago sino que se unió con aquella señorita que parece queso el extrañado miro a su lado y se sintió amado pues por fin había encontrado aquella mirada que nunca antes la había pillado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario